Las actividades de estimulación cognitiva protegen frente al envejecimiento del cerebro.

El cuerpo envejece a partir de los 30 o 35 años, incluido el cerebro. Pero a éste último le empezamos a hacer caso cuando avanzamos en edad.

Siendo mayor, te das cuenta de que ocurre igual con el resto de capacidades. Si quieres los músculos tonificados, haces ejercicio. Y si quieres una mente ágil, buscas distintos tipos de actividades de estimulación cognitiva.

El cuerpo envejece a partir de los 30 o 35 años, incluido el cerebro. Pero a éste último le empezamos a hacer caso cuando avanzamos en edad.

Es entonces cuando los olvidos naturales cobran relevancia a nuestros ojos.

¿Cuántas veces te ocurre que vas a un sitio y ya no recuerdas a qué? ¿O quizá querías decir algo y se te ha olvidado en el momento?

Llegas a una edad y te preguntas si a tu cerebro no le estará pasando algo. Naturalmente, tu cerebro está envejeciendo. Y conlleva entre otras cosas, a que:

· Prestamos más atención a lo concreto y menos a los significados. Dotar de sentido a lo que haces, lees y escuchas sirve para fijar los datos en la memoria de forma más perdurable.
· Nuestros procesos mentales se hacen un poco más lentos. No quiere decir que no alcances los resultados de cuando eras más joven, pero posiblemente te costará más.

A esto se une que con la edad se pueden reducir muchas actividades que implican estímulo intelectual y contacto social, por lo que el cerebro deja de estar tan activo. Por ejemplo, al jubilarnos.

Y como mencionaba al comienzo, lo que no se hace grande, se achica.


Susocam

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